"Observamos un gusto por estudio armónica del color, los movimientos circulares y envolventes, así como las espirales, símbolos de vida. La cabeza humana, el cuerpo femenino y las ideas primarias definen una obra en la que nada está estudiado y donde la casualidad determina su acabado. En sus cuadros encontrados influencia de Kandinsky, Klee en el color, de Kooning en el trazo y de Mortherwell en cuando al reflejo de la inmeditea. Fauvismo y surrealismo se conjugan, vislumbrándose, a veces, un corte picasiano. El sendito hedonista, la acertada combinación del color y el cuidado estético de la composición, así como la simulación de texturas, confieren a la obra una gran seducción. Alfonso Fernández-Manso es, sobre todo, un radiólogo de sensaciones, un hombres capaz de absorber toda la belleza que esconden los gestos del ser humano en su afán de trascender."

Ana Cristina Pastrana. Crítica de Arte y Poeta

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